Un centenar de personas se congregaron en las inmediaciones de la zona arqueológica del Dios Tolo, ubicada en lo más alto del Paseo Matlazincas, en la delegación de Santa Cruz Atzcapotzaltongo, para purificarse y cargarse de energía durante el equinoccio de primavera.
Si bien el acceso se permitió desde las 07:00 horas, la mayoría de las personas llegó después de las 09:00 y se congregaron en la zona que está siendo restaurada desde el año pasado por el ayuntamiento de Toluca, especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMex).
Para la ceremonia y el paseo espiritual se instaló una lona blanca bajo la que se colocó un altar de flores amarillas, moradas y blancas, así como fruta y caminos dirigidos a los cuatro puntos cardinales; en el centro se puso una vasija con madera para encender el fuego nuevo.
En círculo, con tambores, olor a copal y las manos al cielo, los integrantes del Calpulli Itsxiupapalot, Calpulli Capulteapan, Calpulli Cuahtémoctzin, ente otros del Valle de Toluca dieron la bienvenida a la primavera y se cargaron de energía.
De acuerdo con el historiador, catedrático y periodista mexicano, Aurelio J. Venegas, la ciudad lleva el nombre de Toluca desde 1120 y significa lugar donde está el Dios Tolo.
En este sitio invaluable que dio origen de la capital mexiquense y albergaba el templo dedicado al culto de este dios prehispánico, avanzan los trabajos de restauración que iniciaron el año pasado y poco a poco han dejado ver la grandeza que guarda el cerro del Dios Inclinado, que en esta ocasión abrió sus puertas a los toluqueños hasta las 13:00 horas.
En la unidad de restauración participan cuatro trabajadores, 7 arqueólogos y una arquitecta, quienes realizan la limpieza y mantenimiento de la zona para convertirla, en un futuro no muy lejano, en un lugar arqueológico, ecológico y recreativo.




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