Una alternativa para aliviar la crisis del agua está en los techos de los edificios públicos. En el jardín de niños “Diego Rivera” del municipio de Toluca, fue instalado una de sus aulas un sistema de captación de agua de lluvia que cubre las necesidades de los estudiantes para el aseo de salones, riego de áreas verdes y necesidades básicas.
El arquitecto Dante Álvarez Jiménez es el responsable de este proyecto, el cual dijo en entrevista, fue financiado con recursos públicos del programa “La escuela es nuestra”. Explicó que el comité de padres votó por hacer un sistema de captación de agua pluvial por la falta del líquido.
“Este kínder ya han tenido diversos problemas por los cortes que encima del suministro y ya de esta manera han mantenido el kínder funcionando porque de no haber agua, tendrán que tener las clases en línea, entonces es un respaldo de agua que les den y que de alguna manera pues están aprovechando recursos públicos para esto”.
Este jardín de niños público está en la región de Santiago Miltepec. Durante el año experimenta una serie de cortes de agua o una disminución del suministro por parte de autoridades municipales. En este sentido, decidieron sumarse a un proyecto de sustentabilidad en donde la respuesta a la falta de agua les cae del cielo.
“Todas las escuelas tienen grandes áreas de captación desde techumbres hasta plazoletas se pueden aprovechar, este es en caso de este que de los cuatro edificios solo estamos ocupando la mitad de uno”.
El sistema contempla una canaleta que dirige el agua a dos tubos de cuatro pulgadas y que con un sistema de válvulas permite el paso del líquido a una cisterna que construyeron, no sin antes pasar por medio de un filtro que evita que retenga materiales contaminantes.
“Tenemos primero un filtro de sedimentos que ahí va a depender la arenilla y el polvito con una trampa y ahí va a descargar a la cisterna. A la cisterna le metimos una bomba sumergible de un caballo y medio de fuerza, para poder mandar agua a los 2 tinacos de esta instalación”.
La cisterna tiene una capacidad de hasta 12 mil litros y en caso de una lluvia moderada a intensa se puede llenar hasta la mitad o un poco más, por lo que el agua no faltará en este centro de estudios de educación básica.
“Estamos agarrando el agua de lluvia que literalmente cae del cielo y se puede aprovechar para los requerimientos de la escuela, que básicamente es limpieza, riego e higiene de los niños”.
Por el momento únicamente tiene uso básico, pero en caso de que deseen purificarla podrían incluir un filtrado de sedimento adicional, así como filtros de carbón activado y uno de luz ultravioleta.
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