La presidenta del Patronato Pro Centro Histórico de Toluca, Verónica Valdés González, señaló que no están en contra del enfoque social que promueven el gobierno federal y estatal, cuyo objetivo es mejorar las condiciones de los trabajadores y de la población en general.
Destacó que para los pequeños negocios ha sido muy complicado enfrentar los cambios fiscales y cumplir con la normatividad requerida para evitar sanciones.
En los últimos años la entrega indiscriminada de apoyos sociales de parte del gobierno ha causado una baja importante en el número de empleados, especialmente de mostrador o mantenimiento, ya que en muchos casos están recibiendo ingresos por todos lados con las becas de sus hijos en la escuela, las becas para las amas de casa o los adultos mayores.
“La entrega tan amplia de apoyos sociales le ha ganado al incremento de los salarios mínimos, pone en una competencia dispar porque mucha gente ya no quiere trabajar”.
Por ello, son necesarios nuevos criterios desde el gobierno federal para que exista un balance en la entrega y deje de haber tantas presiones a los microempresarios con las reformas laborales, que van desde el alza salarial, la ampliación del periodo vacacional hasta la intención de reducir la jornada laboral y duplicar los aguinaldos para estar en unos años mejor que muchos países de Europa.
Lamentablemente en México la realidad de las personas que todos los días levantan una cortina para ganarse el pan no es así, “consideramos que tenemos una economía de quinta para políticas públicas de primer mundo, y estamos siendo azotados con una atmósfera económica tremenda”.
A la fecha el sector debe contar con competencias tecnológicas para seguir siendo competitivos y cumplir con el Servicio de Administración Tributaria (SAT), además de cumplir con una carga administrativa muy alta con el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y el Infonavit, porque un 12 por ciento de incremento al salario va directo a la nómina.
“Lloramos cada 17 de mes con la liquidación del IMSS, del Infonavit que sube al cielo, y siguen llegando los empleados a decirnos que los ayudemos a ir al médico particular porque en el seguro social no los atienden, no les hacen nada nada y les siguen dando citas hasta cinco o seis meses después, pese a una emergencia”.
Ante este tipo de cuestiones para las pequeñas empresas, que representan la mayoría en el país, es muy complicado operar y mantener las fuentes de trabajo.
“Hay quienes han tenido que darlos de baja de la nómina porque o le pagan al seguro social o pagan salarios, esa es la realidad del país y se vive día a día en la calle, de nada sirve subir el salario mínimo 12 por ciento si de todos modos no alcanza para nada en el super”.
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